La sexualidad femenina, la masturbacin y otros tabes sexuales
“Si sale una escena un poco subida de tono en la televisión, ¿qué hacen papá y mamá? ¿Lo comentan? ¿Lo ignoran? ¿Cambian de canal?”. Las palabras de la terapeuta María de Elena seguro que describen alguna de las situaciones a las que te has enfrentado cuando eras pequeña. ¿O has comentado alguna vez en tu infancia o adolescencia alguna escena erótica con tus padres? Si es así, enhorabuena, porque María de Elena es psicóloga sanitaria y atiende cada día en sus consultas a mujeres y parejas que se enfrentan a dudas sobre la sexualidad. Uno de los temas con los que vivimos desde que nacemos y que más ignoramos, hasta incluso, llegar a nuestros últimos días.
La educación sexual comienza en el seno familiar y educativo, pero si cambiamos de canal, entonces, como dice María de Elena, “ya estamos recibiendo mensajes de que eso no está bien y que mejor no hablar de ello”. Ella es terapeuta sexual y de pareja en lasexología.com y a menudo participa en otro proyecto en el que pasa consulta denominado afines sexología, pero su trayectoria la avalan también también una gran lista de talleres y formaciones de educación sexual.
Si las dolencias corporales aparecen con frecuencia en cualquier conversación de ascensor, el sexo, que también forma parte de nuestra anatomía y desarrollo emocional, se relega desde comienzos de la historia a un plano silente. “Si vemos las estadísticas comprobamos que la educación sexual que está recibiendo nuestra población es a través de la pornografía. En 2019, hace tan solo dos años, según Pornhub, el consumo anual era de 59 horas. Compáralo con las tres horas o a lo sumo cinco horas que se puede recibir de aprendizaje en un centro de educación sexual de calidad.” Lo dice Lara Herrero, sexóloga y socióloga, que además de estudiar el mismo máster que María de Elena de Sexología: Educación Sexual y Asesoramiento Sexológico en la Universidad Camilo José Cela de Madrid (UCJC), trabaja en la asociación Dialogasex y participa con frecuencia en formaciones de educación sexual para todas las edades.
La mujer pura o depravada: el auto placer femenino
D.R.De izda. a dcha: Laia Cadens, María de Elena Amor y Lara Herrero.
Más allá de las cigüeñas, de los dibujos de los libros de texto de biología en los que no aparece el clítoris y de la duración de un embarazo, el ambiente educativo reclama la instauración del aprendizaje sexual en su totalidad. Así lo manifiesta María de Elena: “Una educación sexual también desde lo afectivo, desde lo emocional. Saber qué implica ser un hombre, qué nos dice la sociedad que tenemos que hacer. Todo lo relativo a los roles de género y a explicar el porqué las faldas no tienen porqué ser solo para las niñas”.
Si en la educación sexual se explicara cómo vivenciar el autoplacer, no habría tabús", Laia CadensPero si hablar de sexo interpersonal resulta incómodo por la construcción cultural y social que hemos generado desde hace siglos alrededor de la práctica y de todo lo que conlleva, mucho más secreto resulta para las mujeres hablar del autoplacer. Un terreno sobre el cual los hombres han abierto su puerta sin pudores exponiendo sus experiencias a voz de grito, pero en el hasta hace poco a mujer no parecía no tener derecho.
Laia Cadens, psicóloga clínica, también especializada en psicología sanitaria, sexología clínica y terapia de pareja, lo tiene claro: “Si en la educación sexual se explicara cómo vivenciar el autoplacer, no habría tabús de inicio, seguramente se practicaría mejor y no incomodaría a nadie”.
Un estudio en el que Laia participó junto a la aplicación de citas Gleeden y Dive Marketing, que analiza la evolución de la sexualidad femenina y fue publicado a raíz del 8 de marzo por el Día Internacional de la mujer, dictaminó que la segunda práctica sexual más realizada por mujeres, después del sexo oral, era la masturbación en solitario en un 91% de las respuestas. Entonces, ¿por qué si esta cifra supera a la de la masturbación en pareja, el autoplacer continúa desplazado al veto?
Nos educan para estar acomplejadas de nuestros genitales", María de Elena“Seguimos lidiando con esa dualidad entre santa y puta. En las aulas yo me encuentro que hablan de mucha mayor libertad de la sexualidad en general los chicos. Ellas siguen teniendo más vergüenza o se las sigue calificando como mujeres menos puras”, dice Lara Herrero. Una sentencia que además, María de Elena complementa con otro de los factores más relevantes: la aceptación corporal. “Tenemos cánones de belleza para todo, incluido para los genitales”, afirma y continúa: “Lo que vemos siempre y la idea que hemos construido es de que nuestra vulva es muy pequeñita, recogidita...muy de niña”.
El lastre de los cánones de belleza
Sunset Boulevard//Getty Images
De hecho, la importancia de la autoaceptación corporal juega un rol fundamental en la evolución de la sexualidad femenina. La pornografía mainstream ha configurado una imagen uniforme del cuerpo de la mujer. El 90-60-90 publicitario se traslada también a las pautas de los genitales y, en las películas pornográficas tan solo existe un canon permitido que configura lo socialmente aceptable llegando a excluir incluso en la intimidad de las parejas todo lo que se salga de ese prototipo.
“El autoconcepto, la autoimagen y la autoestima configuran una triada necesaria para vivir en positivo cualquier momento íntimo, bien sea en solitario como en pareja”, afirma Laia y, detalla Lara: “Si no acepto mi cuerpo cómo me voy a permitir que con esa parte de mi cuerpo que no acepto pueda sentir placer, exponerla en público, que me la acaricien, mimarla o cuidarla”. Comenta también y ejemplifica con casos de adolescentes con las que trata a diario: “Muchas veces me preguntan: ¿mi vulva es normal? ¿tengo una malformación en la vulva? ¿es normal que tenga esta forma?".
Este rechazo corporal lo explica también María de Elena comparando las situaciones que se encuentra en sus consultas: “Yo les pregunto: '¿por qué no te gusta si es una parte más de tu cuerpo?' Imagínate que nunca habías visto tu mano. Y me dicen: 'me parece feo, me parece horrible'. El adjetivo ‘feo’ es un comentario que siempre está”.
Sobre este adjetivo versan también las autoras Nina Brochmann y Ellen Stookken Dahl en su libro El libro de la vagina: Todo lo que necesitas saber y nunca te has atrevido a preguntar (Grijalbo,2017). Escriben sobre el desconocimiento como síntoma de esta idea errónea de exclusión genital por su morfología. Las mismas autoras recomiendan retomar lecciones de anatomía para deshacer esta percepción.
De hecho, tan fuerte es la aversión que muchas mujeres sienten hacia su zona íntima que la labioplastia es ahora mismo una de las operaciones de estética más solicitadas en las clínicas. Pero más allá de esta inclinación estética socialmente aceptable, María de Elena también comenta que se esconden otros factores determinantes que influyen sobre la manera en la que la mujer actúa con su cuerpo: “Hay muchas mujeres que no dejan que les hagan sexo oral por la idea de la limpieza o el olor, cuando eso a los hombres no les pasa”.
Este trasfondo de aceptación corporal, se encuentra detrás de los problemas más comunes que las tres psicólogas y terapeutas se encuentran cada día en sus consultas. Y en el reclamo principal por el que las mujeres y parejas acuden a terapia sexual se encuentran los problemas relativos al deseo.
“Para una mujer es necesaria la excitación mental previa que viene precedida del deseo. La percepción de esta excitación no atiende solo a cambios físicos que surgen, como las turgencia de los senos, la lubricación o la aceleración de la respiración”, dice Laia para dar paso al problema principal con el que, al igual que las otras dos expertas, se encuentra con mayor frecuencia: diferencias del deseo sexual entre parejas, disminución de deseo o incluso la pérdida del mismo.
La ficción pornográfica
Hulton Archive//Getty Images
Entre las razones por las que las mujeres y parejas acuden a consulta se encuentran muchas temáticas de variada índole, pero las dos siguientes cuestiones más repetidas en consulta son claras: la dificultad para llegar e identificar el orgasmo y el dolor que sienten al mantener relaciones sexuales. ¿Las causas? Lara Herrero retoma, una vez más, la historia: “Alrededor de la mujer siempre han existido restricciones y tabúes que nos han llevado a menospreciar nuestra libertad sexual y a penalizarla tanto sobre nuestros cuerpos como en nuestras conversaciones”, aspecto al que María de Elena le pone origen: “Esto tiene mucho que ver con la representación que vemos en las películas. En ellas parece que las prácticas sexuales son fuegos artificiales. Muchas mujeres dicen que han tenido orgasmos, pero que pensaban que eran otra cosa”.
El estudio de Gleeden dictamina que de todos los usuarios que visitaron PornHub en el año 2019, el 32 % de sus usuarios eran mujeres, frente al 68% , que eran hombres. Al año siguiente, PornHub recibió 103 millones de visitas femeninas, un dato que se incrementó notablemente a partir del mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma y el confinamiento. Ahora, en lo que llevamos de 2021 la web registra ya 21 millones de visitas de mujeres.
Cómo la cultura actúa de herramienta de conocimiento sexual
Sunset Boulevard//Getty Images
Pero más allá de la pornografía y según este estudio, entre los temas digitales preferidos por las mujeres españolas relativos a la sexualidad se encuentran la poesía, la literatura, los tips de seducción y las relaciones personales.
Echando la vista atrás y citando a grandes referencias de la literatura, como Anaïs Nin, no es de extrañar que se encuentre sobre esta vía un método de excitación y liberación sexual.
“En consulta es habitual es que me digan que la pornografía no les gusta porque es la mainstream y no se ven representadas y les causa rechazo”, dice María de Elena y comenta también el impacto que la escritura y la lectura puede tener sobre el deseo y la excitación femenina: “Trabajo mucho en consulta esto: el cómo erotizarnos. Recomiendo buscar pornografía feminista o literatura erótica. Temas de novela gráfica como cómics o fotografías. Y a las mujeres que les gusta escribir les animo a hacerlo”.
Cierto es que aunque no fueron muchas las mujeres que pudieron alzarse en fama gracias a sus relatos eróticos, sí que existieron. Pero si comparamos la literatura antigua con la actual, podemos notar un gran incremento de la escritura erótica, la narrativa sexual y relatos que atañen a la condición de la mujer en la sociedad. Su auge debe honor al empoderamiento progresivo que la mujer ha ido logrando desde que produjera la revolución sexual de los años sesenta, como dice Laia: “Cada vez la mujer se atreve más a manifestarse en torno a esta práctica, disminuyendo la vergüenza, verbalizando sus necesidades más propias. Esto es posible gracias al empoderamiento de la mujer".
Antes de esa influencia que tuvo la agitación social y política de los sesenta sobre la evolución sexual femenina, muchos siglos antes, los médicos trataban a las pacientes de histeria estimulándolas con vibradores electromecánicos, los antecedentes de los juguetes sexuales que conocemos hoy en día.
Lara tiene una opinión clara sobre esto: “No podría decirse que los médicos masturbaran a las mujeres, sino que empleaban este tratamiento para la histeria, que no es más que otro episodio de violencia hacia las mujeres”, dice rotundamente, pero prosigue: “Seguimos teniendo prejuicios respecto a la masturbación femenina, pero hemos avanzado bastante hasta el punto de que ya en televisión hay anuncios sobre productos femeninos eróticos”.
Las tres sexólogas se dedican a diario a visibilizar y normativizar el sexo como parte elemental del ser humano, pero concluyen que más allá de su labor diaria, a la que se dedican muchos profesionales, todavía queda mucho trabajo por hacer.
“Es importante trabajar los problemas sexuales en conjunto.Cuando una persona tiene una dificultad con la sexualidad no es que le pase a ella en vacío, si no que son situaciones que le pasa en interacción con otra persona”, dice María de Elena y recalca la necesidad de inculcar, no solo a los niños y adolescentes, sino también a las familias y educadores: “Estaría muy bien que los futuros papás y mamás tuvieran información sobre esto para poder saber cómo abordarlo desde casa y poder tratarlo de una forma natural. Hay que adaptar el mensaje a la edad que tenga pero habría que educar a adultos e incluso una asignatura en el cole desde pequeños”.
Si soy un objeto de deseo para el sujeto de deseo tendré que estar bonita y bella", Lara HerreroLara coincide con este argumento: “Todo procede de los roles de género. Si soy un objeto de deseo para el sujeto de deseo tendré que estar bonita y bella, tendré que cumplir un canon aceptable. Por eso necesitamos hacer más educación sexual de calidad y basada en los derechos sexuales. Tenemos derecho sexual a la información científica de calidad”.
Abordar el tema desde las edades más tempranas y normalizarlo también entre adultos para que, poco a poco, el tabú vaya desapareciendo y la mujer tenga derecho a disfrutar libremente de su sexualidad y a poder hablar de ella. Así finaliza también Laia, que manifiesta su deseo de establecer nuevas vías de educación sexual: “Del mismo modo que hablas de las ETS, de métodos de anticoncepción, de anatomía, de funcionamiento sexual… se debe hablar del autoplacer desde el respeto a uno mismo y para evitar patrones disfuncionales de aprendizaje que luego en la interacción sexual puede derivar en problemas”.
Como dice Luna Miguel en las páginas de su libro Caliente (Lumen, 2021): "El placer femenino es la cara oculta de una luna: conocemos la luz y la ficción de su gesto pasivo, pero nuestra tarea es desvelar la actividad de aquello que tantas veces expulsamos hacia la sombra".
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